Cómo mejorar tu salud prostática
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La próstata, también conocida como Punto P, es una glándula ubicada bajo la pelvis de los hombres, debajo de la vejiga y frente al recto. Sí, leíste bien, para alcanzarla directamente se entra por la puerta trasera.
Es la encargada de producir líquido prostático, que posteriormente se convierte en semen, por lo que es una parte fundamental del aparato reproductor masculino. Asimismo, es un punto de placer directo que se puede estimular desde el interior o el exterior del cuerpo.
Su cuidado previene enfermedades del sistema urinario, obstrucciones, o problemas de salud sexual derivadas de la próstata, como la prostatitis o el cáncer de próstata. Este último es especialmente importante, ya que la Sociedad Española de Oncología Médica lo cataloga como uno de los 5 tipos de cáncer más diagnosticado, y se mantiene como el cáncer más común en varones. Por suerte, con una detección temprana y un tratamiento adecuado, tiene una tasa de supervivencia del 80%.
Por eso, te recomendamos que realices visitas periódicas al médico, y que tengas especial cuidado si tienes factores hereditarios, más de 45 años, padeces otras enfermedades relacionadas, o cumples con otros aspectos de riesgo que te hacen más propenso a padecer de la próstata.
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¿Por qué estimularla?
La próstata, a pesar de tener una función meramente reproductiva, es un punto que debes masajear si quieres mejorar tu salud sexual. Pero ¿por qué? Digamos que es una zona en desuso, ya que la mayoría de los hombres reniega de la estimulación anal, lo que hace que se inflame o se deteriore con el paso del tiempo. Su inflamación, llamada prostatitis, causa dolor y problemas al orinar.
Asimismo, según un estudio del Departamento de Urología del Centro Médico de la Universidad de Columbia en Nueva York, la estimulación prostática reduce las dolencias derivadas de dicha glándula en un 80% de los casos, incluyendo el cáncer de próstata.
Además, mejora el flujo sanguíneo en la erección, pudiendo prevenir problemas como la disfunción eréctil.
Es decir, que el masaje de punto P puede ayudarte a prevenir complicaciones en la zona, así como aliviar dolencias de otras patologías derivadas de la próstata. ¿Y quieres saber lo mejor? Que es un proceso placentero, cómodo, y que te proporcionará orgasmos nuevos y más intensos.
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¿Por dónde empezar?
Lo primero es deshacerte de todos los prejuicios que te acompañan en lo que a la estimulación anal se refiere. La sociedad relaciona la interacción sexual trasera con la homosexualidad, y rechaza estas actividades por no etiquetarse de manera errónea. ¡Qué oportunidad más desaprovechada!
No tiene nada de malo ser homosexual, ni disfrutar de la penetración anal, ni practicar actividades sexuales consentidas más allá de la estimulación externa. Estamos en el siglo XXI, ya va siendo hora de explorar la sexualidad de manera libre, sin etiquetas innecesarias y sin prejuicios dañinos. Tienes la oportunidad de experimentar un placer más potente, orgasmos más duraderos, y además cuidar tu salud en el proceso... ¿Te lo vas a perder solo por el "qué dirán"? No, ¿verdad? Pues manos a la obra.
Te recomendamos empezar por la estimulación externa, y avanzar gradualmente hacia el masaje interno. Si vas a utilizar juguetes, asegúrate de que tengan tope; todos los anales deberían tenerlo para que no se atoren dentro de ti.
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Estimulación externa
Puedes empezar por estimular tu punto P desde fuera, masajeando el perineo y aplicando presión a tu gusto con las manos o juguetes. Hay quienes deciden hacerlo durante la masturbación, ya que les permite tener un control total sobre las sensaciones de su propio cuerpo, y hay quienes prefieren experimentar en pareja. Eso sí, con ayuda de otra persona es más sencillo alcanzar la zona, ¡tú puedes guiarle mientras tanto!
Puedes utilizar aceites o lubricantes para deslizar mejor sobre la piel, haciendo un masaje suave y variando la fuerza o la presión, así como el ritmo. Mueve los dedos en círculos o de arriba a abajo, ¡lo que te pida el cuerpo!
Los juguetes con vibración son maravilloso para esta tarea, ya que puedes ajustar la intensidad de las ondas a tu gusto y puedes estimular otras zonas erógenas. Los masajeadores como Smart Wand, Be Wanded o Zoa, son algunos de nuestros favoritos. Si prefieres empezar con algo más pequeño y discreto, prueba las balas vibradoras como Univibe o Baly, aunque debes recordar que con la edad cada vez necesitarás más potencia para mejores resultados.
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Estimulación interna
Adentrarse en lo desconocido puede dar miedo, pero te aseguramos que en este caso, merece la pena. Ahora que ya has probado en pequeñas dosis el placer externo, es momento de pasar al siguiente nivel: estimulación interna.
Antes que nada, te conviene una buena limpieza. Vas a jugar con un orificio dedicado a los desechos de tu cuerpo, por lo que un repasito nunca viene mal, aunque no es obligatorio. Haz de vientre para dejar la zona lo más despejada posible, puedes ayudarte de enemas. Prueba las peritas anales con agua tibia, o las Hydro Blast para dejarte reluciente.
Ponte música sugerente, date un baño de agua caliente, céntrate en unos buenos preliminares que caldeen el ambiente y aumenten la excitación, y ponte en una posición cómoda. Recomendamos combinarla con otro tipo de estimulación, como la masturbación, ya que te ayudará a relajar los músculos y darle un toque de placer añadido que te distraiga al principio.
Lubrica bien uno de tus dedos e insértalo poco a poco. Normalmente con la mitad basta, pero cada persona es un mundo y tiene una fisionomía diferente. Tantea la pared frontal del recto (hacia tu pene), y notarás una protuberancia. La próstata tiene el tamaño de una nuez, por lo que podrás reconocerla, además, con la edad crece, haciendo más fácil la tarea de encontrarla. Masajéala en círculos suaves, variando el ritmo y la intensidad a tu gusto.
Si se hace bien, sin prisas y con paciencia, no debe doler, aunque es normal que la primera sensación sea extraña ya que tu cuerpo no está acostumbrado. No te presiones y sigue tu propio ritmo.
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¡Vamos con los juguetes! Si te gustan los prostáticos sin vibración, deberías conocer a Nero o Bootie. Pero, por lo general, los más populares son los prostáticos que vibran, ya que son más placenteros y sus orgasmos más intensos.
Los prostáticos como Billy 2, Ronie o Lolli Plug 1 tienen forma de “dedo”, y su diseño de precisión está pensado para concentrar sus vibraciones en el Punto P. Otros similares son Plug-ilicius 1 y Plug-ilicius 2, y estos además cuentan con un app gratuita que te permite personalizar al 100% las vibraciones, su intensidad, hacer que se muevan al ritmo de la música, etc.
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Por otro lado, juguetes como Vick tienen 2 motores, uno en la punta y otro en la base, con lo que masajean tu próstata por dentro y por fuera. Hugo es pequeño pero potente, de máxima calidad y suavidad, de la marca LELO, y que incluye un mando con control remoto para más comodidad. Si te gusta la idea del mando, échale un vistazo a otras opciones como Prostático 9 y otros remotos.
Si te animas con uno vibrador, de silicona y de la prestigiosa marca Fun Factory, pásate por la descripción de Duke.
Hay juguetes diseñados para masajear la próstata sin tener que recurrir a la ayuda de otra persona, ya que solo los colocas dentro y ellos hacen el resto, pero te recomendamos encarecidamente que te animes a probar este tipo de placer con otra persona. No solo mejora la confianza y la conexión, sino que es más divertido y te permite colocarte en posiciones más cómodas.
Aprovecha la oportunidad que te brinda tu cuerpo de cuidarte mientras disfrutas, y no dejes que los tabúes te priven de explorar tu sexualidad y mejorar tu calidad de vida íntima. Mimarte es una prioridad para Sensaciones, también debería serlo para ti.